Como profesional, ¿imaginas lo que podría ser olvidarte de esa comunidad que está quejándose constantemente del típico y molesto portazo? Cualquier experto ha vivido la experiencia de ajustar una instalación y que, pocas semanas después, algunos vecinos se quejen de la intensidad del cierre de puertas… o de que la puerta queda abierta en demasiadas ocasiones. ¿Quieres probar una cerradura que cierra siempre y que lo hace de manera invariablemente suave? En OHMblue tienes la respuesta.
No añadamos ruido a un país que ya es ruidoso
España es el segundo país más ruidoso del planeta por detrás de Japón. Eso es lo que afirma la Organización Mundial de la Salud. Las estadísticas también nos confirman que el 72 por ciento de los españoles consideramos ruidosos nuestros lugares de residencia.
Son ruidosas las calles por culpa del tráfico (uno de los sonidos más odiados por la ciudadanía), son ruidosos nuestros bares, pubs y discotecas y también son ruidosos nuestros centros de trabajo. Todo ello nos pasa factura, porque la sobreexposición al ruido adelanta la pérdida auditiva típica de la edad, provoca estrés y arruina la convivencia. Entonces, ¿por qué no cuidar más los detalles y evitamos añadir ruido a las viviendas?
Una cerradura a prueba de portazos
Cualquier profesional de la cerrajería ha tenido que trabajar de forma ardua con el ruido generado por los portazos. Por un lado, encontramos puertas ligeras o con amortiguadores que permiten un cierre suave pero que, en la práctica, acaban por dejar la puerta abierta en un alto porcentaje de ocasiones, ya sea por un golpe de viento o por una pequeña retención por parte de las personas usuarias. Por otra parte, tenemos puertas con mucho peso o con mecanismos ajustados para que siempre cierren bien y que terminan por derivar en el temido portazo. En cualquier caso, la discusión vecinal está servida.
El diseño revolucionario de la cerradura OHMblue, que traslada la parte móvil de la cerradura desde la puerta hasta el marco, permite, entre otras muchas ventajas, asegurar siempre el cierre evitando el portazo. Porque no hay un resbalón mejor o peor engrasado sobre el cual sea necesario actuar.